Busqué bastante antes de matricularme: opiniones de devs profesionales sobre los Bootcamps, cifras de la industria, referencias de ex alumnos desperdigadas online y finalmente, tomé la decisión. Esperé una de las ofertas que cada cierto tiempo Desafío Latam difunde en sus redes sociales y me inscribí.

Mi experiencia comercial fue penquita. De dulce y agraz. Una chica me orientó y resolvió mis dudas hasta que firmé el contrato. Luego que pagué, desapareció. Tres, dos, un día, el mismo día que se iniciaban las clases y ni rastro de ella. Solo quería venderme y chao.

Preocupado la llamé, le escribí y nada. Al final contacté directamente por Linkedin a Diego Arias, uno de los directores del Desafío y en minutos me devolvió el mensaje, chicoteó los caracoles y la niña apareció excusándose. 

Así partimos, maometanamente, pero destaco la gran respuesta de Diego porque es muy notable que el CEO de una gran compañía sean tan horizontal y este dispuesto a ayudar. Fue bkn, incluso, me ofreció un taller extra sin costo para excusar la mala atención comercial. 

Las clases y el material educativo del Bootcamp Javascript 

Las clases se realizan de modo sincrónico dos veces a la semana. Los días lunes el profesor presenta la clase teórico práctica en la que te sacan al pizarrón constantemente.

Los miércoles o día 2, el grupo se divide en dos y se realiza el desafío de la semana. El profesor toma un grupo y el ayudante otro. Cada semana hay un desafío por resolver y al final de cada módulo una prueba o trabajo final.

Cómo se hace la tutoría depende del profe. Hay quienes lo hacen colectivamente, un estudiante comparte pantalla y todos van colaborando. Otros profes o ayudantes, dan espacio para que cada uno trabaje por las suyas y luego de un tiempo, plantees dudas que se resuelven en conjunto.

Independiente del método, recomiendo llegar al día dos (el de las tutorías) con la clase del lunes finalizada a nivel de ejercicios y la guía de autoaprendizaje también estudiada y realizada. Mi recomendación es intentar llegar al día dos con todo estudiado y si tienes dudas, resolverlas en la tutoría.

Creo que el sistema de clases está bien. Aunque 1 hora y media se me hicieron cortas. Al inicio del Bootcamp, entiendo que hace 8 años, eran 6 hrs. Luego bajaron a 3, a mi me tocaron como de 1 hora y media.

En mi caso, por mi inexperiencia, prefiero más tiempo, lo más contundente y detallado posible. Es decir, sería ideal que en la clase de los miércoles o clase dos, hubiésemos realizado todos los ejercicios de la guía de autoaprendizaje.

Compañeros de otras generaciones, me comentaban que en el pasado lo hacían.

Sobre el material educativo del Bootcamp JavaScript

El material educativo consta de una ppt de entre 40 y 50 páginas y una guía de autoaprendizaje de entre 15 y 40 pgs. Algunas clases tienen un material extra, pero son las menos.

Sobre el material educativo , puedo decir que en general está bien, pero me parece mal que haya errores ortográficos y técnicos en las guías de autoaprendizaje. Para un neófito como yo, un código mal escrito puede llevarte a horas de mucha frustración y naufragio en stackOverflow o el canal de Youtube de algún Dev Hindú.

El programa y el LMS Empieza

El programa académico se organiza en 8 módulos, al menos el que me tocó a mi en 2022-23 se estructuró así:

1-Intro al desarrollo web

2-CSS avanzado

3-JS para la web

4-React I

5-React II

6-SQL

7-Node JS

8-Trabajo final

Como ya dije, cada clase tiene un desafío que debes subir en un plazo de una semana (reitero hacerlo en la semana que corresponde, para no sufrir y naufragar con los deadlines que son bastante rigurosos).

Al final del módulo hay una prueba o desafío final que te permite acceder a la acreditación del módulo correspondiente.

El LMS Empieza es el sitio repositorio de clases, donde progresivamente van liberando el material. Ahí está la clase,  las guías de autoaprendizaje, el material extra, también los rankings, notas y los certificados que vas obteniendo. En general el LMS anda muy bien. 

Equipo docente del Desafío Latam

El staff está compuesto por una coordinadora, un consejero estudiantil, un profesor y un ayudante. En mi caso, la coordinadora no dijo ni pio en todo el año, el consejero estudiantil estuvo bien y el ayudante también.

A diferencia del profesor que me tocó, que en mi criterio, dejó mucho que desear. No me gustó su estilo. Era muy retón y se molestaba con facilidad.  Eso espantaba mis ganas de opinar y levantar la mano. 

Creo que no es justo que tu experiencia académica quede a la suerte del profe que te toque. En una oportunidad lo contacté para contarle que estaba pensando congelar porque JS me estaba costando mucho y ni se inmutó. 

-“Congela”, me dijo sin preguntar por qué quería desertar o qué me estaba costando.

Un profesor de verdad hubiera indagado en mis razones, mis dudas, creo que hubiera tratado de entender por qué quería desertar.

Completamente distinto a las clases del profe Francisco Sánchez, en cuyos videos pude ver la amabilidad, la paciencia y la profundidad de conocimientos. Sin mencionar que lo contacté por RRSS medio desesperado para deployar el proyecto final y a las horas me respondió y me ofreció ayuda un domingo sin siquiera conocerme. 

Un grande Francisco!!!

Cifras del curso Desarrollador FullStack generacion 24

En mi curso comenzamos 50 y terminamos 19. Extraoficialmente supe que con 20 aprobados se considera ok. Es decir, hay una tasa de abandono superior al 50%. Hay 30 personas que quedan en el camino. Sería bueno conocer la tasa oficial de deserción y la tasa oficial de empleabilidad, luego de salir del Bootcamp., que es un tema con bastante debate en la actualidad.

Pero ese es otro tema, talvez para otro post. 

Antes de decirles si recomiendo o no el Bootcamp, quiero mencionar a los compañeros. En mi generación, la 24, una buena parte era ingeniero de profesión. Algunos eran ingenieros informáticos, otros mecánicos, comerciales, de datos, etc.

De los 50 iniciales creo que cuatro éramos humanistas. Contabilicé tres del área de la salud y un par de músicos. Al final parece que llegamos dos humanistas.

En general la relación con los compañeros es buena, todos tienen buena onda y algunos fueron amables en juntarse y enseñarme post clases. En mi caso, un periodista ingresando a este mundo, fue esencial el apoyo de un par de compañeros.

Uno de ellos, estudiante de tercer año de ingeniería informática, me contó a modo de apoyo moral, que la mitad de sus compañeros de la universidad, no era capaz de hacer lo que nos estaban pidiendo a nosotros, lo que gráfica el nivel de exigencia del programa.

“Así que estás bien…Alejandro!!!, me dijo evitando que tirara la toalla. Ese tipo de apoyo fue fundamental.

Recomiendo o no recomiendo el Bootcamp Desafío Latam

-Sí, pese a las críticas, lo recomiendo con las siguientes consideraciones:

-No creo que sea un curso desde cero. Tal vez el módulo 01 y 02, pero desde JavaScript hacia adelante, encontré necesario tener bases sólidas de lógica de programación. Es un tsunami de información y si no cachaste te puedes quedar tirado. Y es difícil aprender React sin buenas bases en JS.

-El Bootcamp es solo el inicio, pero no basta ni mucho menos. Sirve mucho para ordenar el océano de información que hay en internet, pero sugiero tomarlo solo como punto de partida.

-Pregunta en clase, no te quedes con las dudas. Construye relaciones con los compañeros. Al final, en el proyecto de cierre se trabaja en grupo, a diferencia de todo los módulos previos. Todos coincidimos en que hubiera sido mejor crear grupos y trabajar colaborativamente durante el curso. Si puedes, construye lazos desde el inicio.

-Intena que incluyan en el módulo final la enseñanza del Deploy.

-Investigar en stackOverflow solo un poco porque es muy fácil irse a la b en un hoyo de conejo terrible, mucho mejor ChatGPT y mejor aún, un compañero o mentor que sepa más. Aunque recomiendo usar ChatGPT solo después de intentar hacer tú el ejercicio.

-No atrasarse con las entregas.

-Pedir ayuda. Yo no tengo tanta experiencia, pero me gusta aprender, ayudar y enseñar lo poco que sé. Al menos puedo intentar ayudar y así devuelvo las manos que me han ayudado. Puedes escribirme a [email protected] si necesitas alguna ayuda.

-Entre las razones que me llevaron a estudiar e intentar un cambio de rubro, está el objetivo de encontrar un trabajo como desarrollador mejor pagado que los paupérrimos puestos de periodismo. Pero la razón laboral o monetaria no puede ser la única. Estudiar desarrollo es muy difícil, por lo tanto te debe gustar. Solo las ganas de un mejor futuro laboral no alcanzan. Debe gustarte la programación.

Con todas estas consideraciones, sí!!!, recomiendo la carrera Desarrollador FullStack JavaScript del Bootcamp Desafío Latam.

A mi padre por creer que la computación sería fundamental en mi vida.

A mamá por criarme con amor y sentido de la responsabilidad. Si no fuera por ella estaría preso o muerto.

A mi hermano por ayudarme siempre en materias tecnológicas y otras hierbas.

A Vivian por aguantarme y quererme pese a tener que compartir tantas horas con el  estudio de computación, el docu o el surf, mi gran pasión. Gracias amor por escucharme hablar de código, frameworks e historias relacionadas con CS. Gracias x tu amor y apañe.

Agradezco a los compañeros de Fusiona que me enseñaron sobre tecnología, contenido, marketing digital, diseño UX y desarrollo: 

A Javier Villagrán en RRSS y contenido, y demostrar que es posible liderar con una sonrisa y confianza.

A Francisco Astudillo quien me enseñó sobre métricas, analytics y keyword research (Storytelling dixit). Además por cada charla que en la actualidad nos pegamos en nuestros viajes a la playa en busca de olas.

A Joaquin Estay por enseñarme sobre Analytics, WordPress, fundamentos de la ciencia informática y por sobre todo darme la confianza con el mantra: “aprende y hazlo tú”.

A Cristian Rozas y José Estévez por escucharme y orientarme cuando les decía que quería hacer un Bootcamp para convertirme en desarrollador profesional. Me dieron consejos profesionales y de vida clave, además de recomendar recursos en línea que me han enseñado mucho y me han ayudado a construir mi road map TI.

A Boris Fernandois por enseñarme Semrush, un poco de Figma (junto a Macarena Canales) y a utilizar los plugins de SEO para WP. 

A la jefa Vivian Valdés por confiar y ayudarme a buscar mejores futuros. InspiringBoss.

A Ezequiel Alonso por intentar ayudarme cuando debía deployar mi proyecto final en el Desafío Latam. Lo conseguí Ezequiel!!!

A Cristian Herrera, Joaquín Jara y Vito Morales, quienes hoy me enseñan en Movistar Empresas y me han acogido con mucha cordialidad y rigurosidad como Dev Jr en entrenamiento.

A los kbros de la primera Nación: Claudio Navarro, Marcelo Silva,José Miguel Jaque, Cristian Amaya, Sebastian Silva y Roberto por compartir enseñanzas y cariño en esos años inolvidables.

A Rodrigo Guayaquil por compartir el fuego TI.

A Miguel Paz por el cruce entre periodismo, tecnología, data, emprendimiento, visión e ironía. 

A José Azócar (BTrip) por ayudarme en un entuerto con la primera versión de El final de una Nación que había hecho con tablas.

A Alejandro Taboada, quien a través de su curso de Udemy, Fundamentos de la programación, me enseñó los rudimentos y que “si puedes imaginarlo, puedes programarlo”. Él ya no está en este plano físico, pero sus enseñanzas viven en sus alumnos. Al menos en mi vivirán… y trataré de compartir su legado.

Del Desafío Latam, agradezco al ayudante Jorge Ríos x no dejarme tirar la toalla. Al profe  Francisco Sánchez, quien pese a no ser mi profe, me respondió un mensaje desesperado y me ofreció ayuda un domingo en la noche. Docentes como él, honran la palabra maestro.

Al team Brocoli, compuesto por Walther Thuman y Jesús Medina. Los dos grandes ingenieros de software, uno en plenitud y el otro en ciernes. Gracias x apoyarme y guiarme y no dejarme bajar los brazos.

Debe haber sido en séptimo básico durante mi primer año en el Liceo de Aplicación, cuando surgió la posibilidad de hacer un taller de computación con DOS.

Recuerdo que era en un edificio antiguo de Paseo Bulnes. El profesor se peinaba a la gomina y podíamos tener computadores a nuestra disposición. Había que ejecutar los comandos con mucho cuidado para no cagarla. La pantalla era negra y los textos blancos…

No sé porque no seguí. Sí recuerdo que un compañero corto de vista, no vio una mampara de vidrio y se dio tremendo conchazo. No tengo mayores recuerdos, acaso una conversación con papá en la micro sobre lo importante que sería la computación para el futuro. 

Veo su pelada en un asiento delante del mío. Imagino que va sonriendo. También recuerdo las náuseas que me daba andar en micro las primeras veces. 

En la educación media, me alejé de los computadores y me acerqué a las drogas y el peluseo. Así estuve hasta que volví a toparme con esas cajas mágicas en la UNAB, al final de primer año o inicios de segundo año de periodismo. 

Nirvana y los pixels

Mientras Smell like teen spirit de Nirvana nos golpeaba, llegaron los compus a la ultra moderna sala de computación.

Recuerdo mi asombro al descubrir la WWW y la posibilidad de conectarse con todo el mundo y tener un correo electrónico. Rodrigo Guaiquil, uno de los másters digitales con los que me he topado en el camino, me enseñó a utilizarlos. 

Creé un correo llamado cronogandalf o algo así, en un homenaje a Julio Cortázar y el mago de Tolkien.

Por esos años, mi viejo nos compró un PC y básicamente lo utilicé para escribir e imprimir documentos de Word y fotos robadas de internet. Luego en el 2000, en mi segunda experiencia laboral como periodista, llegué al hoy extinto diario La Nación. 

Entré a la versión digital de la Revista Triunfo donde Marcelo Silva y Claudio Navarro tomaron la posta y me enseñaron más sobre periodismo digital.

Claudio Navarro fue el primer Webmaster que conocí y supe que quería ser uno de ellos.

Ahí oficié de periodista digital y en medio de cargar contenido deportivo y unas eternas planillas excel de hípica junto a los cracks y amigos José Miguel Jaque y Cristian Amaya, el diseñador Sebastián Silva me enseñó Dreamweaver y Photoshop.

Con esos softwares me ayudó a crear mi primer proyecto web. Un mini site deportivo que llamamos ridículamente Chidney, en honor a la presencia chilena en los juegos olímpicos de Sidney.

Sitio de lobos , tr y td

Después estudié multimedia en Tracor, donde aprendí Flash e hice un sitio web de lobos como tributo a la banda Doom Metal Moonspell. 

Luego de una década sin pensar en el desarrollo o la computación, el 2011 tomé un curso con un profe mexicano que todavía no avanzaba al diseño web con divs, así que a pura tabla, hice el sitio para una empresa constructora.

Por esos mismos años llegué a la agencia digital Fusiona, donde Javier Villagrán, Esteban Olivares, Francisco Astudillo y Joaquín Estay me enseñaron de RRSS, contenidos y métricas.

Luego de esa experiencia, volví al periodismo más tradicional alejándome casi otra década de las tecnologías web,  hasta que en 2018 y hasta 2021 le di con todo a diversos cursos de Platzi, donde aprendí un montón. 

El 2019, buscando desarrollador para este sito, me reencontré con Joaquín Estay quien me enseñó sobre fundamentos web, WordPress y me ayudó a montar mi primer sitio con su respectiva base de datos y deploy  en servidores.

En un garage de calle Bellavista conversábamos de tecnología, política, anarquismo y luego salíamos a echar humo en la rivera del Mapocho. Al volver al garage, los pequeños Raspberry Pi y sus luces me hacían soñar de nuevo.

Gracias a Joaquín aprendí a desarrollar con WordPress.

Mis dos sitios en producción están hechos sobre ese CMS. (Estudio de contenido El Fuego, El Final de una Nación).

Al año siguiente volví a Fusiona como periodista a cargo del blog y las comunicaciones internas de la empresa. En eso he andado, hasta el 2022 que estudié en el Desafío Latam y me acredité hace unos meses como Desarrollador FullStack JavaScript.

Hoy, además de mis tareas como periodista, doy mis primeros pasos como Dev Web Trainee para el equipo de Movistar Empresas con mucha ilusión y gratitud.