Desde el cielo remoto cuando los primeros de nuestra especie se orientaban por los dibujos astrales, hombres y mujeres hemos compartido el conocimiento, experiencias y emociones a través del relato. Del acto de contar.

Primero en las cavernas y alrededor del fuego pupila contra pupila y luego por los océanos de tiempo, a través del desarrollo de distintas tecnologías de escritura y reproducción, nos hemos encontrado para contar, escuchar y vivir relatos.

Algo de ese brillo original que buscábamos en el cielo, se repite hoy en la incandescencia de nuestro celular en la noche.

Algo de esa necesidad de conexión con los otros palpita ahí.

El Storytelling nos aprovisiona para la vida

Nos gusta pensar El Fuego como un espacio donde rescatamos el ritual de contar y escuchar. Un lugar donde construir y dejarse seducir por un mensaje bien contado. En una era ultra saturada de información, recurrimos al relato, porque como dice el maestro de guionistas Robert McKee:

“En este mundo caótico, sin contar con religiones ni ideologías válidas nos dirigimos hacia la fuente en la que todavía creemos: el arte de contar historias”.

Queremos que personas y organizaciones se dirijan a esa fuente y transformen su información en historias.

Porque creemos que hay una narrativa dentro de cada objetivo, meta o plan. Solo falta soplar un poco para que la historia emerja.